La mujer como líder en el consumo responsable. Segunda parte.
Por Celi Vázquez G.
Recapitulando del artículo anterior.
Si estuviéramos en el año 2050 sobreviviendo a 50º C y con la peor crisis por el agua potable ¿Qué le dirías a tu yo del año 2020?
Por supuesto no tendremos la oportunidad de viajar al pasado y tratar de corregir el rumbo de la humanidad. Pero ¿qué te parece ahora mismo comenzar a corregir ese rumbo?
En el artículo anterior a éste hablamos de lo que significa el consumo responsable, solidario, sostenible; el consumo que implica informarnos y ser conscientes de lo que estamos comprando. Ahora abordaremos quiénes estamos implicados y cuáles de nuestros actos pueden hacer la diferencia.
“Pensamiento global, acción local”.
Si bien se piensa que la responsabilidad ambiental es únicamente de los gobiernos del mundo y de los corporativos transanacionales quienes producen los contaminantes y los productos que consumimos, deberás saber que la responsabilidad social y ambiental recae en diferentes actores a diferentes niveles de participación. Puesto que somos seres interdependientes en este planeta, olvidamos que nosotros somos los que necesitamos de los recursos (entre ello los servicios y beneficios ambientales de los ecosistemas) de la Tierra y no es la Tierra quien necesita de nosotros.
Todos somos consumidores, todos contribuimos voluntaria o involuntariamente en la contaminación y en la producción de CO2; por tanto, somos todos responsables de tomar acción para convertirnos en una sociedad sostenible y justa.
Las prácticas que adoptemos o que cambiemos desde nuestros ambitos, aunque parezcan pequeñas e insignificantes frente a la grave problemática ambienta, seguro harán una gran diferencia si todos, todos los habitantes de este planeta, deciden cambiar sus hábitos y formas de consumo.
En Andantinos creemos que las pequeñas acciones sí cuentan. Todo cuenta, tanto un consumo responsable como uno irresponsable.
Desde hace unas décadas ha habido el surgimiento de diversos movimientos sociales, culturales, económicos y ambientales pero aún falta más por hacer. Si consideramos el dato que vimos en el artículo anterior sobre el poder de decisión que tienen las mujeres en las compras a nivel mundial, podemos partir de ahí para fomentar el consumo responsable.
Las mujeres aún no alcanzaron el poder adquisitivo que tienen los hombres pero ellas son las encargadas de la mayoría de las compras, por eso este artículo anima por el líderazgo de la mujer en esta causa. La mujer puede contagiar, influir y cambiar los hábitos de su circulo de acción.
He aquí podemos hacer un recuento de las acciones que se pueden tomar para encaminarnos hacia el consumo responsable, sostenible, solidario, justo e informado.
¿Qué puedes hacer desde casa?
Revisa las compras que realizas. ¿de qué cosas podemos prescindir? No es lo mismo lo que necesitamos que lo que deseamos.
Información desde la producción hasta el destino final del producto: investiga cómo se produjo ese artículo, bajo qué condiciones sociales, económicas y ambientales fue producido. Es decir, puedes hacerte las siguientes preguntas e informarte ¿en su producción los artesanos, obreros o trabajadores reciben una remuneración digna? ¿se contemplan trabajos seguros en la producción y comercialización de este producto? ¿hay un impacto ambiental negativo? ¿qué tipo de relaciones tiene esa marca con sus consumidores? ¿Qué sucederá con el empaque o recipiente donde viene empacado: la marca está comprometida a contribiuir en su acopio y reciclaje?
Mide tu huella ecológica: busca en las aplicaciones y sitios web el calculo de tu huella ecológica en consumo de energía, en generación de residuos y en consumo de hidrocarburos.
Evita el uso de plásticos desechables de un solo uso. Globos, unicel son altamente contaminantes. Este apotegma es el que dio origen a Andantinos, al ver la cantidad de plásticos que se desecha en las fiestas y eventos decidimos tomar acción y ofrecer una alternativa ecoamigable.
Disminuye el consume de bebidas embotelladas. Cambia a usar recipientes reutilizables que podrás rellenar todos los días.
Desecha tus dispositivos tecnólogicos en contenedores especiales, no en la basura.
Consume alimentos locales.
Sé parte del comercio justo. Paga al productor lo que realmente cuesta ese artículo.
Si tienes la posibilidad, separa los residuos y llevalos a centros de acopio y contenedores para que ingresen a un ciclo de reciclaje.
Estas son apenas algunas recomendaciones y sugerencias que todos podemos realizar, en particular las mujeres porque ellas pueden encabezar un nuevo movimiento de consumo responsable, sostenible, justo y solidario.
¿Cómo vas a contagiar e influir a tu entorno, a los que te rodean?
Pláticanos en los comentarios.
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